COVID-19 y desempleo en Mexico durante el 2020

30 Diciembre 2020

Desde la llegada del Covid-19 ha quedado claro que no solo estamos ante una crisis sanitaria. También lo es económica. Los efectos sobre el empleo están siendo devastadores, con miles de empresas obligadas a cerrar o reducir personal para poder sobrevivir.

La situación es tan grave que las financieras han notado un gran aumento de los préstamos en línea, ya que muchas personas tienen miedo a no llegar a fin de mes.

Como consecuencia, no son pocos quienes piden a los gobiernos medidas en favor de la economía, aunque eso signifique sacrificar la salud pública.

En cambio, otros sectores de la sociedad piden más restricciones. Creen que lo más importante es garantizar la salud frente al bolsillo.

¿Qué es lo más acertado entonces?

Analizamos los dos puntos de vista en este artículo.

Efectos del Covid sobre el desempleo

Desde el inicio de la crisis han cerrado en torno a un millón de negocios en México, según el Instituto Nacional de Estadística.

Además, el 79,2% de las empresas afirman haber sufrido una pérdida en sus ingresos, lo que ha llevado a muchas a tomar un crédito para pymes o créditos rápidos en Mexico para poder seguir abiertas.

Pero la peor cifra la encontramos en el número de desempleados. En los momentos más duros de la pandemia más de 12 millones de personas perdieron su empleo.

Aunque muchas ya se han reincorporado, el saldo sigue siendo muy negativo.

Salud o economía: ¿qué es más importante?

Estos datos han abierto un profundo debate en la sociedad mexicana sobre la importancia de anteponer la economía o la salud.

A continuación, veremos cuáles son los motivos para apoyar una postura u otra.

A favor de la economía

Las personas que se muestran a favor de promover la economía aportan las siguientes razones:

  • El desempleo también genera víctimas: puede que limitar la actividad frene el virus. Pero el empobrecimiento causa otros problemas de salud, como la falta de atención de otras enfermedades y la malnutrición.
  • Sin inversión no hay buena sanidad: para que un país pueda tener un sistema de salud eficiente tiene que recaudar muchos impuestos. Y eso no es posible si la mayoría de los negocios están cerrados.
  • La crisis seguirá tras el virus: con la llegada de la vacuna, muchos expertos creen que la pandemia será historia en un par de años. En cambio, podríamos tardar muchos más años o incluso décadas en recuperar el nivel de vida que disfrutábamos antes.

A favor de la salud

En el otro extremo encontramos las personas que defienden la salud ante todo. Su opinión se basa en estos puntos:

  • Pensar en la economía es inhumano: con más de 100.000 fallecidos desde marzo, creen que no caben medias tintas. La salud debe estar ante todo, aunque el Gobierno tenga que paralizar toda la economía del país.
  • Sin salud no hay desarrollo económico: por muchas políticas que se tomen para reactivar el consumo, las personas necesitan seguridad para hacer vida normal. Algo difícil con los actuales datos de contagios.
  • Cuanto antes se frene la pandemia, mejor: es lógico pensar que unas políticas restrictivas más duras acortarán la crisis sanitaria. Y eso permitirá comenzar la reconstrucción económica antes.

Como ves, existen argumentos de peso para defender las dos ideas.

Pero lo que parece claro es que la recuperación económica no llegará hasta que se consiga controlar el virus.

Hasta entonces, es imprescindible encontrar un equilibrio que permita proteger la vida de las personas sin poner en riesgo el bienestar de las futuras generaciones.

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