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Las quitas son una fórmula que te permite hacer frente a tus deudas cuando
estás en situación de necesidad. Pero si no las gestionas bien pueden
acarrearte muchos problemas.
¿Qué son las quitas? ¿cómo afectan a tu historial de crédito?
Las quitas son una fórmula que te permite hacer frente a tus deudas cuando estás en situación de necesidad. Pero si no las gestionas bien pueden acarrearte muchos problemas.
Con la actual crisis, muchos mexicanos se están viendo en apuros para afrontar sus deudas.
La caída en el empleo está haciendo que cada vez sean más los que no pueden atender los pagos de sus créditos, préstamos personales e hipotecarios.
En estos casos, a veces el deudor y el acreedor pueden llegar a un acuerdo para dejar sin pagar una parte de esa deuda pendiente. Esto es lo que se llama una “quita”.
Esta herramienta puede parecer muy atractiva a simple vista. Sin embargo, debes tener en cuenta que no todos son ventajas.
Cómo se acuerda una quita
Supongamos que pediste a tu banco un crédito en México para comprar un auto de 200,000 pesos, pero ahora tus circunstancias han cambiado y no tienes con qué devolverlo.
Entonces te pones en contacto con la entidad y le propones negociar una quita.
Tras hablarlo, llegas al acuerdo de eliminar un 30% de esa deuda (60,000 pesos), por lo que solo tendrás que pagar los 140,000 restantes.
Al tratarse de una quita no estás aplazando ese 30% para el futuro, sino que se elimina para siempre del capital.
Este sistema le permite al acreedor asegurarse de que va a cobrar al menos una parte de dinero que te ha prestado, y así tú puedes hacer frente al capital restante.
Incluso hay acreedores que le proponen por propia iniciativa esta solución a las personas que les deben dinero.
Pero ahora veamos las consecuencias que tiene.
Cómo afecta una quita a tu historial crediticio
Una quita no es lo mismo que una condonación de deuda.
En una condonación, la persona o entidad que te ha prestado ese dinero decide “perdonarte” una parte de esa deuda, mientras que en la quita asume que no la va a cobrar.
Aunque en apariencia el resultado es el mismo, las consecuencias de ambos sistemas son muy distintas.
Cuando negocias una quita, eso constará como una nota en tu reporte del buró de crédito. En esa nota se indicará que hay una parte de ese préstamo o crédito que se ha quedado sin cobrar.
¿Qué significa eso?
A largo plazo puede suponerte una traba importante para acceder a nuevos préstamos. Cuando vayas a pedir una hipoteca o algún otro tipo de crédito o préstamo en México a una entidad —incluso si no es la misma con la que has negociado esa quita en primer lugar— cabe la posibilidad de que la denieguen.
Y si te la dan, estarás en una peor posición para negociar las condiciones, lo que significa que podrías verte obligado a aceptar intereses muy altos.
Con esto no queremos decir que nunca debas aceptar una quita.
En aquellos casos en los que esta fórmula sea la única con la que puedas hacer frente a la deuda, aunque sea a una parte de ella, esto es preferible a acabar en el archivo de morosos.
No obstante, la quita (incluso si te la ofrece la entidad con la que tienes la deuda) debería ser siempre el último recurso.
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